¿Cómo así?
Muchos dirán: ¡Yo no me siento para nada pobre!, entonces no entiendo.
Recuerdan ustedes un programa concurso de televisión nacido en el exterior que luego adoptamos la mayoría de países latinoamericanos que se llamaba “¿Quién quiere ser millonario? (QQSM). Inclusive hasta salió un juego electrónico para celulares que se llama igual.
Entonces, ¿cuál es la reflexión?
Al tener dinero ¿Se deja de ser pobre?
Partamos de la base que ¡¡..la verdadera pobreza no es la insuficiencia de dinero..!!
También recordemos que el dinero es sólo un símbolo, que nunca actúa realmente de manera independiente: mientras cuente con algo físico cierto que lo respalde, seguirá manteniendo su representatividad de valor.
Un ejemplo palpable de ello es que la mayoría de las monedas en nuestros países cuentan (o creen contar en varios casos) con un respaldo de oro físico, custodiado por los bancos centrales, o un Fort Knox, como es el caso de Estados Unidos.
Pero ¿Qué sucede cuando se conjugan una alta inflación (crecimiento desbordado en el precio de los productos básicos) y una fuerte devaluación (disminución acelerada del poder adquisitivo de una moneda al comparársele con algún patrón internacional de referencia)?
Tomemos como ejemplo la situación persistente durante ya muchos años (más de 25) en el vecino país de Venezuela:
Luego de ser considerado uno de los países más ricos en América del Sur, con una sobreabundancia petrolera, una significativa capacidad para la refinación de combustibles y otros derivados de dicha materia prima, amén de ser también un importante exportador de alimentos procesados, ¡¡¡rápidamente se empobreció!!!
Colas rutinarias que deben soportar los hermanos venezonalnos para conseguir alimentos. ¿Los que realmente desean y necesitan? Definitivamente no, pues el régimen dictatorial de Maduro selecciona qué y a quién favorece, dándole prioridad a sus adeptos.
Luego de una cadena de desaciertos gubernamentales tan comunes en todos los países latinoamericanos, un militar ignorante, sin la menor formación real en administración pública pues, en su biografía solo aparece una tímida mención a un curso sobre Ciencias Políticas que realiza en una institución venezolana con una duración de un año y el cual nunca terminó, visualiza una tremenda oportunidad de explotar el descontento popular y arma un plan nefasto camuflado bajo un discurso populista y mediático, logrando la efectiva destrucción de tan promisorio país.
Aunque el tema del auge y caída del “emporio venezolano” lo estaremos tratando en un artículo independiente dada la enorme enseñanza que necesariamente tenemos que extraer del viacrucis de su propia experiencia, vamos a quedarnos por ahora con una muy breve reflexión sobre la situación real de la moneda venezolana, identificada como “El Bolívar”.
Dado el agravamiento de la devaluación del Bolívar frente al dólar, en conjunción con un desaforado crecimiento de la inflación consecuente con los desaciertos del presidente Hugo Chávez por su incursión temeraria en los campos industrial, comercial y financiero, en el año 2008 concibe este mandatario una “idea luminosa” para maquillar este terrible efecto destructor de riqueza, consistente en suprimirle tres (3) ceros a los billetes, pretendiendo con ello construir una fachada de engaño al pueblo ignorante que lo eligió y contradictoriamente seguía creyendo en él.
Nace entonces, “de la noche a la mañana” el tristemente célebre “Bolívar fuerte” y se ordena dejar sin valor alguno a los antiguos “Bolívares”, para ser reemplazados por los nuevos.
¿Cuál fue la consecuencia para el golpeado pueblo venezolano?
La entusiasta iniciativa del presidente Chávez por hacer expropiaciones y nacionalización de las empresas privadas más representativas, generó una avalancha de desempleo como jamás se imaginaron los habitantes de esta nación, expulsando a los más valiosos “cerebros” poseedores del conocimiento especializado y productivo, para ser reemplazados por un grupo de simpatizantes del gobernante, no importando su grado de ignorancia y falta de experiencia para asumir tan importantes funciones.
Como una medida de lógica prevención, la gran mayoría de venezolanos comenzó a “atesorar” papel moneda guardando en cajas y todo tipo de recipientes domésticos, pues ya no existía confianza en el sistema bancario local, la mayor cantidad posible de los consentidos “Bolívares antiguos”.
Al volverse oficial la medida “antinflacionaria” de retirar de circulación los billetes hasta ese momento autorizados como símbolo monetario, los Bolívares perdieron completamente su valor. ¡¡Nadie los volvió a recibir!!, pues como desapareció su respaldo real, se convirtieron en simple papel.
Muchos desesperados y hambrientos venezolanos comenzaron a ofrecerlos a los escasos turistas y visitantes para que los compraran a manera de exótico souvenir.
A través de la avalancha de emigrantes y exiliados, comenzaron a tratar de distribuirlos en diferentes países, ofreciendo los billetes de más alta denominación por “puñados” a cambio de alguna moneda que todavía estuviera en circulación oficial en los países vecinos, como sucedió por ejemplo en Colombia, o a cambio de una limosna para una familia hambrienta.
¿Dólares y Euros en putrefacción?
Otro ejemplo clásico lo encontramos con varios narcotraficantes latinos, quienes al ser perseguidas sus ganancias mal habidas y no poder convertir estos billetes en activos legales, se vieron en la encrucijada de no poder gastarlos, entonces por la cantidad tan abrumadora de estos papeles representativos de valor, ni siquiera los contaban, sino que los pesaban, para luego empacarlos dentro de canecas plásticas que antes contuvieron químicos, con la expectativa de poderlos “gastar después”.
¿Pero qué sucedió? Que en muchos casos esta espera se prolongó por mucho más tiempo del inicialmente previsto. Estas canecas escondidas bajo tierra, expuestas a una deficiente protección frente a la humedad, invasión de hongos y un proceso de descomposición paulatina, condujo a estos cientos de miles de dólares americanos (y otras monedas europeas), a que simplemente se pudrieran, volviéndose totalmente inservibles.
Pero, en fin, concluyamos esta sección, resaltando nuevamente que el dinero siempre será un simple símbolo que sólo mantiene el valor que representa, cuando se preserva vivo el respaldo real que le da validez.
Paradoja del juego ¿Quién quiere ser millonario? (QQSM)
En QQSM se maneja un formato de alta competitividad en donde, motivando la ambición y el deseo de conseguir un dinero rápido, se premia la memoria sobre datos y conceptos aislados del conocimiento.
Sin embargo la compensación es netamente financiera. El aporte que hace de “contribución social” prácticamente no existe!!. Fuera de un potencial enriquecimiento del concursante ganador y eventualmente su núcleo familiar más cercano, el resto de la sociedad, sobre todo la más necesitada, no recibe beneficio alguno!!.
Pero armemos ahora una balanza en donde, a manera de contrapeso para el concurso QQSM, ocupando uno de los platillos, se enfrenta, no a otro concurso, sino a una enorme oportunidad, oculta bajo el título “¿Quién quiere ser menos pobre?.
Este segundo, mal llamado contrincante, busca una compensación social, sin descartar que eventualmente traiga también algunos ingredientes financieros.
Entonces, ¿cuál puede ser una modalidad de “pobreza” que muchos de nosotros seguimos teniendo en mayor o menor grado? La compuesta por varios factores entre los que se destacan: la falta de solidaridad; la permisividad para que personajes nefastos, haciendo un abuso de poder, despilfarren los recursos y destruyan nuestros países.
La impresionante desorientación en que se encuentran nuestros jóvenes y las clases menos favorecidas, por no decir que prácticamente toda la sociedad.
El descarado irrespeto por nuestras instituciones más sagradas, amén de la lesión enorme que estos terribles dirigentes de ocasión continúan haciendo con persistencia, sacrificando el prestigio, la credibilidad y la confianza en nuestras meritorias fuerzas militares.
Intoxicando por añadidura la imagen respetuosa que el mundo en general tenía de Colombia y otros países hermanos, para ubicarnos en un contexto de caricatura burlesca y desconcertante nación.
Pero la más representativa causal de la verdadera pobreza es la ignorancia. Pues la ignorancia nos margina de poder desempeñar funciones productivas. En otras palabras, la ignorancia genera desempleo, hambre, miseria y caldo de cultivo para ser manipulados por fuerzas oscuras y delincuenciales.
¿Y cómo combatimos la ignorancia? Con ¡¡¡Educación!!!
Ahora bien, como espacio que facilite la disertación y el debate, dando preferencia a las ideas y estrategias que contribuyan a dar unos primeros destellos de luz y claridad sobre las contribuciones que perfectamente podemos hacer para empezar un proceso de solución, ofrezco este naciente blog, reconociendo con humildad que no me considero precisamente un experto en muchos de los temas a tratar.
Como esta presentación inicial está ya resultando demasiado larga, concluyo por ahora compartiéndoles una reflexión. ¿Por qué permitimos que a Colombia llegara el fatal poder oscuro que hoy tenemos? Juntos encontraremos varias razones, pero por ahora quedémonos con dos:
Primero, porque los profesionales y empresarios que nos consideramos afortunados con el acceso al conocimiento, el selecto grupo “pensante”, lo permitimos.
Segundo, porque el resto del “pueblo” es extremadamente “ignorante” (y no lo digo peyorativamente). La ignorancia genera hambre. Y el pueblo hambriento es el perfecto “caldo de cultivo” para que demagogos oportunistas, hagan fiesta!.
Tristemente apenas ahora estamos comprendiendo la estrategia de aquellos comunistoides y manipuladores a quienes la estrategia de continuar empobreciendo al pueblo, les brinda la garantía de perpetuarse en el poder, pues a un pueblo con hambre lo compran fácilmente condicionándoles la entrega de alimentos a cambio de un respaldo, no por convicción, sino como fruto de un “camuflado chantaje”.
Nos encantará recibir sus comentarios y participaciones en los debates. Y con la activación de sus botones de “Like”, “Me gusta” y “Seguimiento”, recibiremos la motivación para mantener con vida este blog, de opinión independiente, sin sectarismos y lenguaje respetuoso, con el único propósito de aportar algo a la solución social de nuestras maltratadas naciones.
Pero no quiero abusar del tiempo que tan amablemente ha dedicado para leer este artículo hasta este punto, invitándole a la lectura de la segunda parte de esta publicación.
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Gracias mil por haberme prestado atención. Escribo bajo el seudónimo AgroEscritor. Ya van a saber por qué.
Bendiciones para todos y seguimos en sintonía.
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Publicación ISAN-0039-180424 – AgroEscritor