Prólogo
Con esta imagen pretendo destacar que, Seguros Colmena no solo fue una exitosa Empresa y cuna de una valiosa Familia unida por siempre, sino que también sigue siendo una incomparable “Universidad”.
Amén de la formación académica, profesional y especializada con que tuvimos la fortuna de beneficiarnos, recibimos dentro del pensum varias “inyecciones” adicionales, de muchísima más trascendencia como son, el trato igualitario y respeto mutuo, sin discriminación ni estigmatización en ningún sentido. Solo se requería que fuéramos personas honestas, altamente proactivas y “buenos vecinos”.
Pero, en adición a lo anterior, también este modelo empresarial y familiar único, supo “tatuar” en nuestras mentes, corazones y subconsciente, el sentido práctico de la solidaridad, la justicia y la alta sensibilidad social para darle espacio y buscar proactivamente el aporte de todos y cada uno, frente a la difícil situación de los más necesitados.
Es por ello que mantener viva la presencia de Seguros Colmena, no solo debe propiciar deliciosas y divertidas remembranzas, sino también recordarnos que tenemos una misión que cumplir para darle continuidad a su legado, complementando la protección de vidas y bienes a través de quienes aún continúan con esta actividad, extendiendo nuestro actuar decidido con otras iniciativas que ayuden a solventar la difícil situación de muchos otros compatriotas marginados.
Sin perjuicio de lo anterior, continuemos con nuestra historia…
Por qué somos una empresa diferente
Como hemos podido apreciar en varios apartes de esta especie de “saga” narrativa, desde sus orígenes más antiguos, nuestra empresa siempre se caracterizó por incurrir en modelos disruptivos, es decir, siempre rompió esquemas, impulsó nuevas formas de enfocar y manejar el negocio de los seguros, pero, preservando con celo el profesionalismo, la prudencia y el acertado enfoque en todo nuestro actuar.
Son muchos los ejemplos que demuestran tales prácticas. Sin embargo, para no ser abusivos con la paciencia de nuestros lectores, extraemos y compartimos algunas pocas anécdotas que lo ilustran.
¿Y por qué celebramos cada peso de producción arduamente conseguido?
Complementando el bien planteado comentario de Felix Mulford, a la par del nacimiento de Aseguradora Mercantil, nuestro presupuesto de producción inicial se había establecido en cuarenta y dos millones de pesos (COP $ 42.000.000) para el cierre del año fiscal.
Con la transición hacia Seguros Colmena y, no obstante que el período real bajo esta nueva razón social junto con el reciente apalancamiento financiero, publicitario y de imagen que recibimos, operó prácticamente para el segundo semestre del año 1980, al cierre oficial del ejercicio contable, logramos no solo alcanzar la meta del presupuesto original, sino que la superamos, ¡¡llegando a los ciento un millón de pesos (COP$ 101.000.000)!!
Acá cabe hacer un paréntesis para destacar mejor la magnitud de este logro, con un equipo de talento humano tan pequeño, en un tiempo récord, abriéndonos paso entre el escepticismo de la competencia y siendo la “aseguradora bebé” del mercado.
Miremos entonces por favor el siguiente indicador:
Acorde con Planeación Nacional y otras instituciones oficiales que avalan la seriedad de la información, el dato publicado recientemente por la revista Portafolio, el periódico La República y el diario El Tiempo, nos destaca que cien pesos (COP$ 100) de 1980, equivalen hoy en día, o sea cuarenta y cuatro (44) años después, a la suma de COP$ 17.173.47 (corte a enero de 2024).
Esto quiere decir en cristiano, que la producción global de Seguros Colmena, al cierre del primer año de nuestra fundación, equivale a $ 17.372 millones de pesos de la fecha actual. ¡¡Y esto es más de un peso!!
Pero tanto o más importante aún que lo anterior es que, con excepción de la Central de Seguros comandada por el sabio y elocuente maestro para muchos de nosotros, el Doctor J. Efrén Ossa, y eventualmente alguna otra aseguradora especializada en seguros de vida que no tengo presente en este momento, ¡¡obtuvimos el tercer mejor lugar con la Utilidad Técnica lograda!!, entre poco más de 36 aseguradoras del mercado colombiano.
Obviamente al conocerse estos resultados, ¡¡el mercado reaccionó!! Algunos se escandalizaron y hacian todo tipo de especulaciones.
Otros, por el contrario, como el caso de corredores de seguro locales, reaseguradores y corredores de reaseguros del exterior, comenzaron a calificarnos como “la niña bonita” del baile, despertando su interés por visitarnos, conocernos mejor y formalizar convenios de negocio.
Esta afluencia de visitantes nos motivó para que, por ejemplo, con el apoyo de mi maravilloso equipo de trabajo en el área técnica, preparáramos una carpeta con información clasificada que tomábamos de los datos facilitados por la Superintencia Bancaria, Fasecolda e inclusive varios de los mismos visitantes que recibíamos lo que, sin pensarlo ni buscarlo, nos convirtió en un valioso referente para dichos visitantes.
Consecuencia entonces de lo anterior, comenzamos a darnos cuenta para satisfacción nuestra, que un buen volumen de estos visitantes extranjeros priorizaran su visita a nosotros, con el fin de obtener un panorama detallado sobre el comportamiento del mercado, resumido en forma de una especie de práctico Informe Gerencial, que les ambientaba rápidamente sobre lo que iban a encontrar, permitiéndoles precisar mejor su agenda.
Pero de otra parte, motivó también que tres exponentes acuerpados del equipo, como son Félix Mulford, junto con Jorge Humberto Martinez Luna y Fernando Robledo Quijano integrados a la Familia unos pocos días después de la foto, conformaran una eficaz variante del “grupo élite del ejército”, actuando como los “Guardaespaldas del Dr. Botero” quien requirió este servicio adicional de protección cuando el mercado “se despertó”, percatándose que el “pequeño David” ya no sólo le estaba dando pequeños “pellizcos” a la cartera casi monopolizada por el grupo Goliat de los grandes aseguradores, sino severos “mordiscos de tiburón”.
Cuna del primer ensayo para incursión de las TIC en el Área Técnica
Como es lógico pensar, este crecimiento desbordado también trajo consigo un importante incremento en la carga operativa, con una fuerte concentración en el Área Técnica. Necesitábamos evolucionar nuestro sistema manual de operación.
Obviamente a sabiendas de nuestro casi nulo conocimiento sobre las TIC (Tecnologías de la Información y las Comunicaciones), tanto es así que ni siquiera nos imaginábamos que llegara a existir esta sigla y su significado, atrevidamente realizamos el rudimentario experimento que resumimos enseguida.
En algún aparte de la publicación anterior, destacábamos la labor tortuosa con el llenado de las famosas “sábanas” con la información contable desgregada de reaseguros que debíamos entregar con cada cierre de producción.
Esta tediosa pero necesaria rutina, alimentó nuestra curiosidad y el deseo de explorar alternativas para hacer más eficiente nuestro trabajo.
Es así como , sin hacernos grandes expectativas por la eficacia de los resultados, dimos espacio al nacimiento de la automatización del Departamento de Reaseguros.
Nos atrevimos a realizar un experimento con la primera “App” tímida precursora de los sofisticados sistemas expertos de hoy en día (¡¡qué tan pretenciosos!!) pero además, con un rudimentario software (programa), construído en lenguaje Basic aprendido por el suscrito de manera autodidacta apoyado en el pequeñísimo manual de instrucciones que acompañaba a un artefacto similar al ilustrado con esta foto.
El hardware, consistió en una calculadora Casio “programable”, junto con una diminuta impresora para papel térmico del ancho de las cintas de papel para las antiguas sumadoras, o sea, de aproximadamente 6 centímetros.
Sin embargo, con este rudimentario equipo e incipiente tecnología, pudimos vivir la génesis de la automatización del Departamento de Reaseguros, brindándonos durante cierto tiempo, el apoyo fundamental para el lleno de las “sábanas” que mencionamos antes.
Llegada de los Beepers y celulares a nuestra empresa
Al poco tiempo de la aparición de los Beepers y celulares en Colombia, también varios de nosotros fuimos privilegiados con el acceso a tales dispositivos.
Y haciendo honor a nuestro slogan, Seguros Colmena ya no solo era “Un Nuevo Concepto en Protección”, sino también en “Innovación”, tuvimos la fortuna de vivir nuestra primera incursión en la moda de la tecnología portátil con los Beepers y los ancestros de los teléfonos celulares.
Los beepers, de un tamaño y peso razonables, ofrecían una pequeña pantalla monocromática (un solo color) que transmitía mensajes de texto y un par de sistemas distintos de iluminación.
Los teléfonos celulares en cambio, similares en tamaño a los radioteléfonos del ejército, peso igual e incómodas antenas plásticas, cual delgados apéndices de unicornio pero con 20 centímetros de longitud.
Obviamente con semejante tamaño, estos ancestros de los teléfonos celulares no cabían en ningún bolsillo, por lo que había que cargarlos en la mano o en un cinturón que tuviere la fortaleza para soportar semejante peso.
Acá cabe perfectamente el aporte que realiza Fabio Colmenares recordando que, para mi caso personal, en alguna oportunidad que me aparecí por el Departamento de Reaseguros, luciendo colgados de mi cinturón, tanto el voluminoso teléfono celular, como el novedoso Beeper y, ante la observación que me hicieran los compañeros de trabajo en dicha área, contesté <… ¡¡¡Ciertamente!!!, pero para volver a quedar nivelado y ponerle contrapeso al otro lado del cinturón, solo falta colgarme un “portacomidas” …>
Homenaje a los compañeros que cambiaron de estado físico
Todas las anteriores vivencias, el esfuerzo denodado trabajando “hombro a hombro”, el reto de las dificultades, el diseño de cada meta, el recorrido de cada camino retador y el disfrute de cada logro contó, para fortuna nuestra, con la participación de un conjunto de inolvidables amigos y compañeros, cuya presencia física ya no percibimos pero que, continúan entre nosotros con su presencia en una sublime transición diferente, y en la próxima publicación haremos referencia a ello.
¡¡Les invito entonces a continuar con la lectura de esta miniserie!!
Un abrazo para todos.
Publicación ISAN-0042-200324 – AgroEscritor
Gracias Nelson por estos escritos
Hola Ximena,
Que grata oportunidad para volvernos a conectar, empezando por este medio.
Mil gracias por tu aporte participativo.
Bendiciones para tí y los tuyos. Seguimos en sintonía.
Apreciado Nelson, gracias por traer al presente semejante pasado.
Para un actor temporal de la serie “Seguros Colmena” como lo fui yo, ese paso por allí dejó grandes huellas y enseñanzas, no alcanzo a imaginar como lo ha sido para alguien que como tú, fuiste uno de los fundadores y artífices de esa cultura organizacional en que se respiraba camaradería, profesionalismo y siempre un tiempo para la mamadera de gallo…..
Por allí trataré de publicar alguna que otra anecdota de lo que viví en esos tres años que me catapultaron luego a Ecuador y en dónde alguna manera pude experimentar lo que fue crear una compañia desde cero, pero con una filosofía común impregnada por medio de la Axiologia, pues aquí aterrizamos con el “chato” Carlos Alberto Olaya, el “mono” Rubio, Maria Mercedes Gonzales y Luis Alberto Riaño, todos “ex Colmenos” de larga data (repito, con excepción mía y de MM Gonzales)….