Una visión panorámica inicial de la situación contradictoria de cinco micro mundos: Tecnología Digital, Seguros, Agricultura, Turismo de Naturaleza y Preservación del Medio Ambiente.
Introducción
El Shock de la Ignorancia pretende mostrar una visión panorámica inicial de la situación contradictoria de cinco “mundos” diferentes en su forma de presentarse, pero, con un común denominador que, por simple falta de comunicación, continúan comportándose como islas, desperdiciando enormes oportunidades, no sólo en el contexto económico, sino también respecto al papel crucial que están en capacidad de aportar en mucho mayor grado al bienestar de la sociedad en general y a la preservación de la raza humana.
Persona ignorando recomendaciones.
“No hay peor ciego que el que no quiere ver, ni peor sordo que el que no quiere escuchar”
Obviamente, el tamaño de cada uno de estos “mundos” es enorme, y sería pretencioso tratar de abarcar todo el tema en una sola publicación, razón por la cual el presente escrito es un pequeño “abrebocas”, con perfil de diagnóstico preliminar, que iremos ampliando a través de capítulos próximos a ser publicados.
Ahora, como un simple mecanismo para facilitar la comprensión de las reflexiones que comparto a través de este artículo, congruente con la visión panorámica, utilizo una “vista satelital”, razón por la cual a cada uno de estos cinco mundos llamaré “micro mundos”.
Estos micro mundos, no interesando tanto el “orden de aparición” sino el papel que juega cada uno, son: Tecnología Digital, Seguros, Agricultura, Turismo de Naturaleza y Preservación del Medio Ambiente.
También, para facilitar la comprensión de los textos, utilizo segmentos separados asociados con títulos, como podrán apreciar a continuación:
Conocimiento sobre Tecnología Digital
Por tradición, las personas empleadas por las compañías e intermediarios de seguros han recibido capacitación relacionada únicamente con el micro mundo de los seguros.
Este conocimiento relativo, pues muchos de ellos se han formado empírica y no profesionalmente, se ha constituido en su “burbuja de seguridad y confort”, propiciando una peculiar destreza y habilidad para aplicar “delegación inversa de responsabilidades”, con el falso paradigma de creer que así (no asumiendo responsabilidades) tienen más posibilidades de “sobrevivir” laboralmente hablando.
Durante la mayor parte de mi vida he sido asegurador, como funcionario, directivo e intermediario, tanto en el área Técnica como en el área Comercial.
Durante unos seis años trabajé como Outsourcer para una importante aseguradora colombiana, promoviendo el comercio electrónico de Pólizas Específicas para el Seguro de Transporte de Mercancías, utilizando una plataforma que diseñé y construí yo mismo, lo que me permitió, en la empresa que constituimos para el efecto, expedir poco más de 7.000 pólizas.
Esto lo menciono con el único propósito de documentar con evidencias mi experiencia personal en dicho mundo, lo que me permite hablar con conocimiento de causa.
Es un tema que voy a tratar con mayor amplitud en otro artículo. Por ahora solo quiero destacar que el muy limitado conocimiento sobre Tecnología Digital de que adolecen los integrantes de las compañías, agencias y brokers de seguros que precisamente tienen el contacto directo con los asegurados, se traduce en un sensible temor al cambio y a calificar dicha tecnología como una amenaza que podría desplazarles de sus tradicionales y rutinarios puestos de trabajo.
Conocimiento sobre Seguros
Manteniendo presente que la “promesa de las indemnizaciones que plantea el seguro”, para que sea aceptable por la sociedad debe estar comprendida dentro de un marco legal, muchos aspectos de esta legalidad se quedaron atrás y no están evolucionando al ritmo que las actuales circunstancias exigen.
Por ejemplo, la transición del “contrato solemne” frente a la “consensualidad para contratar”, temas que trataré en detalle un poco más adelante, solamente se está aplicando en muy pocos casos, “empujados” únicamente por la presión de la competencia del mercado.
En otras palabras, el supuesto “cambio” sigue un comportamiento “reactivo” y no proactivo ni con visión de futuro, desconociendo muchísimas de las verdaderas necesidades, requerimientos y expectativas de los clientes.
Adicionalmente, poco o casi nada ha cambiado la costumbre de redactar los clausulados de las pólizas “por abogados”, en un idioma que sólo comprenden los abogados, manteniendo en consecuencia la brecha o muro que impide la adecuada transferencia de conocimiento al Potencial Asegurado, restringiéndose la venta a la ingeniosa manipulación del temor inducida al cliente, de tener que “asumir los riesgos de manera imprudente y aislada”, sin compartirlos con alguien supuestamente especializado en administrarlos.
Esta limitación del conocimiento sobre los elementos clave y las peculiaridades del seguro por parte de los Potenciales Asegurados, se traduce en temor al cambio, radicalizado en el reto de afrontar la compra de una Promesa Intangible (el seguro) que no termina de comprender muy bien.
La situación para el Agricultor, por ejemplo, aunque no solo restringido a éste, le conduce a cierto “desgano” para adquirir pólizas que le protejan más allá del seguro de vehículos, los seguros obligatorios que la Ley le exige y/o los seguros que de manera impositiva le aplican las instituciones financieras para protegerse ellas frente a riesgos que pudieran afectar su patrimonio como prioridad absoluta.
Más Adelante ampliaremos esta reflexión.
Conocimiento sobre Agricultura
La preservación del “cluster” sobre el mito del “conocimiento especializado” de los aseguradores, se constituye en, posiblemente, la principal causa por la cual, por lo menos respecto a los países latinoamericanos, el llamado “Seguro Agrícola o Agropecuario”, por ejemplo, no ha podido despegar.
Ni siquiera los tímidos apoyos gubernamentales a través de subsidios, han podido constituirse en coadyuvantes para el motor de venta de tan necesaria protección.
De otra parte, los expertos en Tecnología Digital tampoco se han acercado suficiente a este micro mundo agrícola, manteniéndose un enorme vacío respecto a aplicativos, por ejemplo, para los Empresarios del Campo, y/o para el mejor aprovechamiento de los teléfonos celulares que hoy en día usan hasta los recolectores y jornaleros campesinos con educación académica insuficiente.
Esta limitación del conocimiento respecto a las peculiaridades del sector Agrícola por parte de aseguradores y expertos en tecnología trae como primera y muy grave consecuencia, el marginamiento del Agricultor a los beneficios del Seguro y la Tecnología Digital que es lo que él en realidad más necesita.
Es cierto que un pequeño segmento de los Empresarios del Campo podemos acceder a algunos de los seguros ofrecidos por el mercado, pero esta excepción no sólo favorece a una pequeña porción de toda la población agrícola necesitada, sino que la cobertura se ofrece para los bienes que producen gastos (vehículos, edificaciones, maquinaria) y no para aquellos bienes que son los que verdaderamente producen los ingresos, como los cultivos, sus cosechas, los ganados, los productos derivados como los abonos y demás agroinsumos orgánicos y ecológicos, etc., etc.
Es bastante lo que tengo para compartirles sobre este tema. Volveremos a encontrarnos entonces más adelante con nuevos artículos que atraerán su atención.
Conocimiento sobre Turismo de Naturaleza
A la limitante sobre los conocimientos planteados antes, se suma el factor del escaso margen financiero que deja el negocio para los Agricultores, la gran mayoría de los cuales escasamente sobreviven y pueden cubrir sus necesidades básicas fundamentales.
Habida consideración que el margen real de beneficio se queda en la cadena de intermediación para el modelo actual del negocio agrícola, surge la conveniencia de construir un nuevo paradigma que rompa dicho círculo vicioso.
Y aunque es un tema que vamos a tratar en mayor detalle más adelante, pensemos por ahora en una reflexión muy simple en apariencia, pero que encierra un enorme potencial para este damnificado Agricultor: al trabajar en sabia sociedad con la naturaleza, obtiene los frutos, el agua y la comida sin los cuales no existiría la humanidad.
Entonces, ¿Qué pasaría si no solo vende los frutos de la tierra?, ¿Por qué no también vender la experiencia de compartir un “día de su vida campesina” ?, enseñando a sembrar, a recolectar, a mostrar el proceso del “beneficio del café”, a preparar la entrega de productos al mercado, a servir de guía para el recorrido de senderos, a orientar el avistamiento y fotografía de aves, etc., etc.
Dicho en otras palabras, sería sembrar la semilla de una actividad complementaria que, con la capacitación y el apalancamiento adecuados, podría convertir en un lucrativo negocio conocido como “Turismo de Naturaleza”.
En principio pareciera ser otra sencilla forma de explotar su sociedad con la naturaleza, recibiendo a cambio una compensación financiera que podría llegar a ser verdaderamente importante.
Esta limitación de conocimiento que involucra tanto a los Agricultores, como a los Aseguradores y Expertos en Tecnología, conduce a un marginamiento de los beneficios que encierra el Turismo de Naturaleza, afectando por igual a todos los actores, potenciales turistas sin fronteras y una enorme cadena de empleo y trabajo indirecto.
Volveremos sobre ello más adelante.
Conocimiento sobre Agricultura Ecológica y Preservación del Medio Ambiente
Desde una perspectiva un poco dramática, argumentan cada vez más expertos que las guerras históricas importantes tuvieron como motivación el solucionar una necesidad común que afectaba a toda su “tribu” o comunidad.
Así entonces, en un principio, la necesidad de nuevas tierras fértiles para sus pastoreos y cultivos motivó el apoderamiento de tierras ocupadas por otros empleando métodos violentos.
Luego aparecen los inventos de la humanidad que requieren recursos minerales y combustibles, junto con el atractivo del “fácil” enriquecimiento económico, propiciando entonces que se sumen otros factores que inducen al camino de las guerras violentas y las modernas “guerras frías”.
¿Qué sigue? Argumentan los expertos que las mismas prácticas destructivas por la capacidad depredadora del ser humano, atacando de manera cada vez más inconsciente sus propias fuentes de recursos y elementos vitales para sobrevivir, se ha constituido en el “caldo de cultivo” para las potenciales justificaciones de un nuevo perfil y tipo de guerra.
Serían entonces, por ejemplo, nuevos motivos para conflictos bélicos la comida, el agua, el oxígeno del aire y otros elementos “simples” tan fundamentales para evitar la extinción de la raza humana.
Cambiemos ahora a una perspectiva más proactiva: reflexionemos un poco sobre el “simple” y subestimado agricultor, supuestamente “el más ignorante” al comparar su formación académica tradicional con la que han tenido la fortuna de recibir los demás actores “expertos” dentro del segmento que venimos analizando.
Este “campesino ignorante” entonces, en la medida que lo valoremos más justamente, y con el apoyo de las sinergias que venimos mencionando, podría fácilmente convertirse en el más importante artífice para “generar comida saludable” en armonía con la cadena del ecosistema.
Campesino líder direccionando, por ejemplo, el adecuado reciclaje del agua, sustitución de abonos y venenos químicos por compost y manejo orgánico de plagas y enfermedades; preservación de las fuentes que producen agua, reforestando para incrementar la producción de oxígeno y así muchos otros frentes “simples” que contribuirían directamente en la preservación de nuestro Medio Ambiente.
Pareciera entonces que ahora el marginamiento hacia los beneficios de la Agricultura Ecológica y Preservación del Medio Ambiente invierte la ecuación, colocando en primerísimo lugar al rudimentario campesino como potencial líder para construir las soluciones en estas materias, destacando por el contrario el significativo rezago en que se encuentran los demás actores “expertos” inconscientemente distanciados de esta delicada problemática.
También sobre este tema compartiré reflexiones en artículos independientes.
Conclusión parcial
Como mencioné en un principio, el tema es demasiado amplio para pretender abarcarlo todo en un solo artículo.
Pero, en aras de no dejar el tema inconcluso y quedarnos únicamente con el diagnóstico preliminar, amablemente invito a mis lectores para que juntos, con sus comentarios y notas compartidas, afrontemos el, difícil tal vez, pero encantador reto de aportar a la construcción de las soluciones.
El manejo asertivo del “gran problema”, nos indica que debemos, luego de haberlo identificado o diagnosticado, dividirlo en “pequeños fragmentos” y atacar así cada “pequeño problema”, con pequeños pasos de solución, sin prisa, pero sin pausa, manteniendo presente que las soluciones verdaderas, en forma similar a lo que ocurre con los grandes inventos, empiezan con una idea, que se va desarrollando a través de un debate de opinión.
Afrontar con valentía el cambio porque, “si seguimos haciendo lo mismo, ¿cómo esperamos obtener resultados distintos?”.
Mil gracias por su atención y me encantaría seguirlos encontrando en las próximas publicaciones, con reflexiones compartidas que buscan un solo propósito: superar el Shock de la Ignorancia para incrementar el bienestar común.
Su colega y amigo: AgroEscritor
ISAN-0029-190524. Actualizado el 19-may-2024