Saltar al contenido

Fresa y Chocolate -Novela (episodio 3)

Granja_Móvil

(Tercer episodio)

― ¿Cómo? ¿Sí le escuché bien? ―mostrando con poquísimo recato mi cara de extrañeza― ¿Granjas móviles? ¿Y eso que es?

De nuevo me regala su angelical sonrisa y replica:

―Es un cuento un poquito largo. Mejor, si le parece, cuando nos sirvan y terminemos de tomar nuestro café, le invito a que nos visite en el stand y allí le explicamos en detalle de qué se trata.

―Encantado de aceptar su invitación ―le respondo―

Luego de una pausa silenciosa por unos pocos segundos, vuelvo “a meter la cucharada” y le digo:

―Parece que nuestro amigo barista sigue bastante embolatado y todavía se va a demorar algunos minutos para servir nuestro pedido. Mientras tanto, porque la verdad es que me quedó sonando esta referencia suya a la “relación de sus ancestros con la comunidad Tayrona”. ¿Se animaría a contarme algo sobre ello?

―Si claro ―me contesta― no tengo inconveniente, aunque sólo le voy a hacer un resumen porque es una historia bastante larga.

No sé de dónde se me sale algún “gen mexicano” y presuroso, antes de que se arrepienta, le digo:

― ¿Pues ándale no más? Soy todo oídos.

Ella levanta su bella cabeza, mira durante unos pocos segundos hacia el cielo explorando el espacio, como evocando y trayendo a su memoria una incierta cadena de recuerdos e imágenes. Llena de aire sus jóvenes pulmones para luego expulsarlo despacio por su bella boca frunciendo los labios como si fuera a apagar una vela de cumpleaños, y empieza esta interesante historia…

(Advertencia del escritor: Me pareció tan interesante la historia que, con permiso de Margarita, tomé algunas notas mentales para luego desarrollarlas por escrito, adicionando en algunos casos la dramatización con ciertas imágenes que fueron surgiendo en mi mente, incentivadas por el colorido de la narración, respecto a algunas llamativas vivencias de los antepasados de mi interlocutora.

Espero que cuando ella lea esto, si logro despertar su interés, me perdone las involuntarias fallas narrativas en que pudiera estar incurriendo, aunque cabe también precisar, que los acontecimientos principales he tratado de plasmarlos por escrito, con la mayor fidelidad y precisión posible, preservando la parte esencial de la historia.

Entremos entonces en materia…)

Aparece entonces en escena Doña Gertrudis del Castillo y Molina, sesentona dama de rancia estirpe, aristócrata desde incontables generaciones; nacida en el corazón de Toledo, insigne y famosa población ibérica de la entonces conocida como la “Madre Patria”, pero residenciada esta matrona en Colombia desde casi diez años atrás, a raíz del nombramiento de su esposo como honorable “Sastre y consejero de la Moda para la Corona Española, sus magistrados y delegados ilustres en América”.

Cuando el par de cónyuges, Doña Gertrudis y Don Manuel Posteguillo llegaron a estas tierras, el bajísimo precio de la propiedad les permitió escoger y hacerse a una enorme casa de inmediato, gracias a la holgada fortuna económica de que disfrutaban.

Se instalan entonces en la aún pequeña pero acogedora ciudad de Santa Marta, en el Caribe colombiano, en una mansión con salida al mar y un lote privado sembrado de frutales, flores y diversas plantas ornamentales, un corral de gallinas y una “cuadra” para el albergue y alimentación de un par de hermosos caballos importados de Arabia, uno de ellos de pelaje totalmente negro, y el otro alazán de pelaje color canela con una gran mancha blanca desde la frente hasta el inicio del belfo superior.

Se encontraba rodeada toda esta propiedad con murallas de rocas y argamasa, techo en tejas de barro cocido, material conseguido sin problema en la región. Las paredes interiores construidas con guadua y esterilla del mismo material, “pañetadas” (recubiertas) con una mezcla de boñiga y argamasa, pintadas luego con una base lechosa de cal. Las puertas, ventanas y chambranas, todas en madera, pintadas de color rojo, siguiendo la usanza y costumbre española de la época. Esta magnífica propiedad ocupa poco más de una manzana completa de extensión.

Replica Casa Familia Posteguillo Santa Marta

Nota del autor: Foto que reproduce una réplica sobre el corredor principal de la casa habitada por la familia Posteguillo en Santa Marta (inicios del siglo XIX), basada en versión memorizada por Margarita Valdivieso, nuestra generosa interlocutora quien hizo posible la narración de esta historia.

(Hoy día desafortunadamente ya no existe, pues fue demolida para construir un hotel y áreas de esparcimiento para turistas.)

No obstante ser una zona bastante tranquila, con pocos habitantes en el vecindario, el hambre física ya estaba haciendo estragos, induciendo a la aparición de los primeros “amigos de lo ajeno”, aunque sus botines se restringían básicamente a la sustracción de víveres y eventualmente algunas prendas de vestir.

Ello condujo a que, por precaución, durante las noches principalmente, se bloquearan las puertas y algunas ventanas con lo que conocemos como “trancas” o sea travesaños y soportes de madera.

(Continúa el relato)

(Cuarto episodio)

(No se pierdan la próxima entrega. Es que definitivamente muchas veces “la suerte del pobre la desea el rico”. Continuaremos entonces con la historia… ¡Les va a sorprender!

ISAN-0146-140925 – AgroEscritor(R) Todos los derechos reservados

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *